La alteración en los horarios de comida y el riesgo de deshidratación pueden modificar las concentraciones de glucosa, por lo que hay que llevar un registro de lo que se come.
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Según indica el doctor Serafín Murillo, investigador del CIBERDEM-IDIBAPS del Hospital Clínic de Barcelona, “durante el verano las personas con diabetes no pueden bajar la guardia y deben mantener el control de la enfermedad como lo hacen durante el resto del año. Las vacaciones no tienen que ser una excusa para empeorar el control de la glucosa. La alimentación es uno de los factores más importantes para mantener unos niveles de glucosa adecuados. Y aunque no es una tarea fácil, siguiendo unas pautas es posible mantener la glucosa a raya”.
Asimismo, se debe prestar especial atención a la hidratación, puesto que por ser diabético hay un mayor riesgo de deshidratación y ésta puede aumentar las concentraciones de glucosa. Por lo que hay que beber al menos dos litros de agua al día y asegurarse de que las personas mayores, que pueden padecer el reflejo de la sed inhibido, beben lo suficiente.
Uso de un sensor continuo de glucosa es de gran utilidad
Para controlar los niveles de azúcar en sangre y facilita la adaptación a situaciones imprevistas o nuevas como las que se producen en período de vacaciones y poder así prevenir situaciones de riesgo como una hipoglucemia. “Por ejemplo, durante una excursión por la montaña se puede consultar el valor de glucemia frecuentemente y tomar hidratos de carbono cuando el nivel de glucosa en sangre empieza a descender, evitando así la aparición de la hipoglucemia”, afirma.
Estos dispositivos van asociados a una aplicación para el teléfono móvil que permite incluir la información sobre práctica de ejercicio físico, parte del tratamiento para controlar la diabetes, o consumo de hidratos de carbono. De esa forma es mucho más sencillo realizar un completo registro de los factores principales que intervienen en el control glucémico. Asimismo, el sensor permite programar alarmas predictivas, que avisan de la posibilidad de hipoglucemia o hiperglucemia entre 10 y 30 minutos antes de que éstas aparezcan.
algunos de los gramos de grasa acumulados durante las vacaciones. Para optimizar el control de los niveles de glucemia, empieza con ejercicios de corta o moderada duración, distribuidos en varias sesiones a la semana. Evita, por tanto, largas sesiones de ejercicio aisladas en solamente 1 o 2 días a la semana, pues pueden ser la causa de un aumento de las oscilaciones glucémicas.
Controla lo que comes. Haz una lista de la compra con todo lo que necesitas para seguir una alimentación saludable. Invierte un poco de tu tiempo en ir a hacer la compra y pensar menús y calcula las raciones de hidratos de carbono con precisión. Tomar el control de tu alimentación será una de las cosas que te harán sentir mejor: a ti y a tus niveles de glucosa en sangre.
Registra lo que haces. Anota los valores de glucemia, las dosis de insulina, el ejercicio físico que haces o las raciones de hidratos de carbono que tomas. Esa información será básica para ayudarte a encontrar la forma de mejorar tu control de la diabetes y de mantener un poco de orden en tus hábitos. Puedes descargar tus datos directamente de tu glucómetro o del sensor de glucosa, aprovechando para indicar la información sobre las dosis de insulina utilizadas y el consumo de hidratos de carbono.
Ten en cuenta nuevas rutinas. En verano, es frecuente que se produzcan algunos cambios, como modificaciones de dosis de insulina, cambio de la cantidad, del tipo o de la distribución de los hidratos de carbono en las comidas del día, pequeñas adaptaciones antes o después de la práctica de ejercicio, entre otras muchas. Analiza la información recogida sobre tus tendencias de glucosa, consulta con tu equipo médico si tienes dudas, pero actúa para conseguir optimizar tus parámetros y acercarlos a los objetivos de control establecidos.
Fuente: hola /