La cuarentena obligatoria puede tener consecuencias en nuestros hábitos de sueño. Acá te dejamos cinco pasos para poder tener un sueño reparador.
El aislamiento obligatorio por el avance del coronavirus llevó a grandes cambios en la rutina de las personas, y pueden registrarse serias modificaciones en los hábitos de sueño.
Por lo general se recomienda tener entre 7 y 8 horas diarias de sueño sin interrupciones. En el caso de los niños, las horas aumentan a 10.
Acá te dejamos cinco consejos para tener un sueño saludable y reparador.
Horarios
– Mantener el mismo horario para acostarse y levantarse de la cama.
– Permanecer en la cama solo el tiempo que se necesita para sentirse descansado, y luego levantarse.
– Si tenés dificultades para conciliar el sueño, no permanezcas en la cama, levantate y volvé a más tarde.
Entorno
– Crear un ambiente oscuro para dormir, tranquilo, sin nada a la vista referido al trabajo o cualquier otra cosa que pueda suponer una situación de estrés.
– Evitar celulares o lectura desde dispositivos electrónicos.
– Antes de dormir, resolver, en la medida de lo posible, los problemas.
Alimentación y otros hábitos
– Evitar consumo de alcohol y además de té, café y cualquier alimento que contenga cafeína durante la tarde o noche.
– Evitar fumar, especialmente durante la tarde o noche.
– Cenar temprano, al menos 2 horas antes de la hora estipulada para dormir.
– Crear una rutina relajante previo a descansar.
Actividad física
– Realizar algún tipo de ejercicio varias veces por semana, incluso en situación de confinamiento. Pero no justo antes de dormir.
Ante la actual situación es preciso prestarle atención especial a ciertas cuestiones con el fin de garantizar un sueño saludable. Debemos hacer hincapié en identificar cuáles rutinas han cambiado y qué se puede hacer al respecto:
– Pérdida de los horarios de las actividades escolares y extraescolares.
– Ausencia de los horarios laborales.
– Imposibilidad de salir.
– Nuevas preocupaciones a raíz de la pandemia o del futuro laboral.
– Mayor cantidad de horas frente las pantallas.
– Menor actividad física.
Será imprescindible, entonces, comenzar hablando de los horarios y hábitos:
– Mantener rutinas de horario parecidas a las que se tiene habitualmente servirá como un organizador del día.
– Mantener los horarios lo más estable y razonable posibles.
– Aprovechar las primeras horas para realizar una actividad menos sedentaria, con mayor movimiento.
– Exponerse a la luz natural, al menos unas horas al día.
– Limitar la exposición nocturna a pantallas y cambiarla por una rutina relajante que aleje del pensamiento las preocupaciones que suscita la pandemia. Algunas opciones incluyen la meditación, duchas con agua tibia, leer un libro, etcétera.
En cuanto a alimentación y actividad física, mantener horarios de alimentación fijos, evitando los picoteos entre comidas. Realizar ejercicio frecuente, adaptado al espacio con que se cuenta.
Con información de Derf